Evolución
Cuando perdemos la confianza en aquellos que suponíamos honestos, léanse políticos (cuyo principal deber es dar ejemplo) o miembros de la intachable Casa Real, nuestra escala de valores sufre un daño difícil de reparar. Si asumimos la mentira como parte consustancial de la vida misma, si aceptamos la opacidad como parte de un juego que resulta impune o incluso aplaudimos en forma de voto, nuestras referencias éticas se desploman o, peor, se dan la vuelta: quien no meta la mano en la caja o no desvíe capitales o cobre facturas con IVA será tomado por tonto.
Si a esto le sumamos que nuestros referentes no son, precisamente, premios Nobel, sino Belén Estéban o Cristiano Ronaldo, si nos venden que la cultura es cosa de vagos o subvencionados, si día a día nos demuestran que se vive mejor operándote las tetas que estrujándote el cerebro, el futuro que nos espera será, cuanto menos, desolador. Y la inteligencia y la creatividad, esa que inventó un aparato llamado televisor, o escribió un libro llamado Cien Años de Soledad, o intenta resolver la hipótesis del Bosón de Higgs habrá muerto. De hecho, ya está agonizando. Se reduce el presupuesto en ciencia, educación e inovación, ese que ayuda a descubrir la vacuna contra el SIDA. Nuestras mentes más brillantes ya han comenzado a emigrar a otros países mientras aquí, en nuestro país, continúan aumentano las ayudas a los bancos y se disparan los sueldos de los banqueros.
Por eso urge un cambio desde abajo. Ahora somos los ciudadanos quienes tenemos que dar un golpe en la mesa. Un golpe honesto y sonoro, contundente y radical, sin medias tintas, para que nuestras próximas generaciones hereden lo mejor de nosotros. Se llama evolución.
Nota: He colgado esta columna en el respaldo de mi taxi a disposición de los usuarios.
Retomemos entre todos el espíritu del 15-M. Es un acto de responsabilidad.
Hola hache.....ojala vuelvan aquellas revueltas sociales que a mas de un politico se le ponia los c ..... de corbata.....en fin veremos que pasa...poco a poco...esto no puede seguir asi...cada dia hay mas y mas y mas chorizos que les importa un pepino los currelas...en fin...un abrazo.
ResponderEliminarMe he pasado tras leer este articulo por el blog de su autor y me ha gustado mucho. Me pasare de vez en cuando a leerle.
ResponderEliminarNo voy a opinar sobre el articulo que has colocado, pues últimamente estoy muy mosqueado, me siento muy defraudado de mí mismo y de todos los que estamos en el “rebaño”.
Ésta situación me enciende y me altera. Por eso, por respeto a tu blog (tu casa) mejor no comento.
Un abrazo y ha sido muy “grato” venir hasta aquí.
¡La vida te ha hecho cual tú!
ResponderEliminarBesos.
Vega
En este caso me quedo con el texto.
ResponderEliminarBuena reflexión, pero me da que la ciudadanía está entragaíta.
PD: Si voy a Valencia ya pediré tu taxi para que me acerque del aeropuerto a la ciudad.
Un abrazo
Leído el texto y en proceso de reflexión, de hecho ya hace tiempo que reflexiono sobre estas cuestiones, pero mucho me temo que ya encontrará la clase política como protegerse de las reacciones de los ciudadanos a sus decisiones.
ResponderEliminarRespecto a la fotografía señalar que me gusta ese desenfoque sobre la mirada de un álbum de fotografías que desdibuja aquello que hemos sido.
Saludos.