miércoles, 11 de julio de 2012

Beauty

6 comentarios:

  1. Detallista, natural y estupendo tratamiento. Buena captura. Saludos.
    Ramón

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  2. Dejando de lado la sensualidad de la foto y la sensibilidad de la fotografiada, me ha recordado esta foto el titulo de un libro muy particular que aconsejo a todos los amantes de la poesía. Tanto el titulo como los poemas allí recogidos son especiales. Escritos por mujeres muy particulares.
    Dejo aquí el poema que da nombre al libro que no dejará indiferente a nadie que lo lea. Tus fotos Ramón siempre me inspiran y en este caso especialmente mucho más. Sin más, el poema:

    La manera de recogerse el pelo

    Para Adriana Torres y la familia Ruiz-Funes




    “La contabilidad macabra se refiere también a los despojos
    anatómicos o suntuarios de los sacrificados, aprovechados
    con fines crematísticos. Se utilizaron las
    cabelleras de treinta y dos mil mujeres para telas de butacas.
    Se vendieron las aplicaciones dentarias de oro. Se
    enajenaron los trajes de cien mil niños. Según balance
    de 3 de febrero de 1943, el campo tenía una reserva de
    178 millones de reichmarks.”
    Extracto del libro de contabilidad del campo de Auschwitz,
    citado por Mariano Ruiz-Funes
    (ministro de Justicia con Azaña), en sus artículos de los
    años 50, en el exilio.
    .

    “No parece haber esencia en la manera de recogerse el pelo.”
    Concha García
    .

    Iré a cortarme el pelo pronto
    porque me llega por la cintura
    y estoy cansada ya de cepillarlo,
    lavarlo, darle brillo; total, para llevarlo
    recogido o metido en un sombrero.
    Mi madre lo verá y muy enfadada
    lamentará mi pelo perdido, lacio y negro,
    “así se lo cortaban a las pobres
    reclusas en la guerra”, decían las abuelas.
    Se lo cortaban por los piojos
    y las melenas sanas las vendían
    para hacer tela o trenzas para las Dolorosas;
    y esto se repite en todos
    los campos de concentración del mundo,
    prisiones, sanatorios, en Auschwitz y en Polonia.

    Es tan fácil cortar unos cabellos,
    tan sencillo, hasta el aire los levanta
    sin esfuerzo, la mínima tensión
    los encanece.
    Me he sentado
    en la peluquería unos minutos
    y sólo ha sido un baile de chasquidos,
    un leve contoneo alrededor
    de mi cabeza y ya soy otra.
    .


    ¿Lo hicieron de igual modo entre los nazis?,
    ¿utilizaban un recogedor
    para barrer el pelo o trasladaban
    con mimo las oscuras madejas a los cestos
    que luego eran vendidos
    a tejedores y mueblistas?,
    ¿lo llevaban peinado y liso en trenzas
    o enmarañado como burda lana?,
    ¿y a cuánto se vendía?
    .


    Estaban tales cuentas en los libros del campo,
    la contabilidad macabra de los sacrificados.
    Quizás todos nosotros debiéramos leerlos
    conocer esos números antes que los discursos,
    saber que allí la muerte no fue sólo una infamia
    sino también un rédito y un método,
    que no sufría el presupuesto
    de la nación por cámaras, ni por desplazamientos,
    pues eran de valor las cabelleras,
    la manera de recogerse el pelo
    las mujeres, rapadas, de pie frente a los gases.

    Y estaban nuestros nombres en las listas.
    .

    Cristina Morano, La manera de recogerse el pelo. Generación Blogger

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  3. Dejando de lado la sensualidad de la foto y la sensibilidad de la fotografiada, me ha recordado esta foto el titulo de un libro muy particular que aconsejo a todos los amantes de la poesía. Tanto el titulo como los poemas allí recogidos son especiales. Escritos por mujeres muy particulares.
    Dejo aquí el poema que da nombre al libro que no dejará indiferente a nadie que lo lea. Tus fotos Ramón siempre me inspiran y en este caso especialmente mucho más. Sin más, el poema:

    La manera de recogerse el pelo

    Para Adriana Torres y la familia Ruiz-Funes




    “La contabilidad macabra se refiere también a los despojos
    anatómicos o suntuarios de los sacrificados, aprovechados
    con fines crematísticos. Se utilizaron las
    cabelleras de treinta y dos mil mujeres para telas de butacas.
    Se vendieron las aplicaciones dentarias de oro. Se
    enajenaron los trajes de cien mil niños. Según balance
    de 3 de febrero de 1943, el campo tenía una reserva de
    178 millones de reichmarks.”
    Extracto del libro de contabilidad del campo de Auschwitz,
    citado por Mariano Ruiz-Funes
    (ministro de Justicia con Azaña), en sus artículos de los
    años 50, en el exilio.
    .

    “No parece haber esencia en la manera de recogerse el pelo.”
    Concha García
    .

    Iré a cortarme el pelo pronto
    porque me llega por la cintura
    y estoy cansada ya de cepillarlo,
    lavarlo, darle brillo; total, para llevarlo
    recogido o metido en un sombrero.
    Mi madre lo verá y muy enfadada
    lamentará mi pelo perdido, lacio y negro,
    “así se lo cortaban a las pobres
    reclusas en la guerra”, decían las abuelas.
    Se lo cortaban por los piojos
    y las melenas sanas las vendían
    para hacer tela o trenzas para las Dolorosas;
    y esto se repite en todos
    los campos de concentración del mundo,
    prisiones, sanatorios, en Auschwitz y en Polonia.

    Es tan fácil cortar unos cabellos,
    tan sencillo, hasta el aire los levanta
    sin esfuerzo, la mínima tensión
    los encanece.
    Me he sentado
    en la peluquería unos minutos
    y sólo ha sido un baile de chasquidos,
    un leve contoneo alrededor
    de mi cabeza y ya soy otra.
    .


    ¿Lo hicieron de igual modo entre los nazis?,
    ¿utilizaban un recogedor
    para barrer el pelo o trasladaban
    con mimo las oscuras madejas a los cestos
    que luego eran vendidos
    a tejedores y mueblistas?,
    ¿lo llevaban peinado y liso en trenzas
    o enmarañado como burda lana?,
    ¿y a cuánto se vendía?
    .


    Estaban tales cuentas en los libros del campo,
    la contabilidad macabra de los sacrificados.
    Quizás todos nosotros debiéramos leerlos
    conocer esos números antes que los discursos,
    saber que allí la muerte no fue sólo una infamia
    sino también un rédito y un método,
    que no sufría el presupuesto
    de la nación por cámaras, ni por desplazamientos,
    pues eran de valor las cabelleras,
    la manera de recogerse el pelo
    las mujeres, rapadas, de pie frente a los gases.

    Y estaban nuestros nombres en las listas.
    .

    Cristina Morano, La manera de recogerse el pelo. Generación Blogger

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  4. Qué bello gesto! Qué habitual es y así captado se muestra diferente, delicado...
    Besos,

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  5. Preciosa la imagen y todo lo que suscita. Enhorabuena

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